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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 9 de febrero de 2010

PRUEBAS CONTUNDENTES DE QUE JESUS PISARA NUEVAMENTE LA TIERRA


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

¿Realmente hay pasajes bíblicos para probar que Cristo pisará la tierra nuevamente? Sí las hay, y suficientes como para dejarnos plenamente convencidos.

Recordemos Hechos 1:11, donde ángeles les dicen a los discípulos, quienes instantes antes habían visto al Señor subir al cielo, lo siguiente: “Varones Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? ESTE MISMO JESÚS, que ha sido tomado de vosotros al cielo, ASI VENDRÁ COMO LO HABÉIS VISTO IR AL CIELO”. Aquí se profetiza que el mismo Jesús resucitado, que había permanecido con sus discípulos 40 días en la tierra (Hechos 1:3), volverá DE LA MISMA FORMA O MANERA EN QUE SE HABÍA IDO AL CIELO. Esto se explica de este modo. Según el verso 12, Jesús había ascendido al Padre desde el MONTE DE LOS OLIVOS, hasta que una nube lo tapó de la vista de los discípulos (v.9). Ahora bien, Jesús, al volver, descenderá del cielo a las nubes del cielo, y de las nubes del cielo AL MONTE DE LOS OLIVOS (Zacarías 14:4). Si Jesús al volver, sólo se quedara en las nubes, sin descender hasta el Monte de los Olivos, entonces JESÚS NO ESTARÍA EN VERDAD VOLVIENDO DE LA MISMA MANERA COMO ÉL SE FUE, O COMO LO HABÍAN VISTO IRSE SUS DISCÍPULOS.
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Si una persona hubiera podido tomar una película de ese magno suceso de la ascensión de Jesús al cielo, y luego pusiera en reversa o retroceso la película, entendería exactamente cómo será el futuro regreso de Jesús al mundo. No obstante, no precisamos del auxilio de una cámara de video o de una película para entender lo que explicamos. Aceptemos el hecho de que la ascensión de Jesús al cielo NO comenzó en las nubes, sino en EL MONTE DE LOS OLIVOS. ¿No es interesante que el profeta Zacarías diga que sus pies se posarán nuevamente en el Monte de los Olivos y éste se partirá en dos?¡Esto no sucedió en la primera venida de Cristo! (Leer Zacarías 14:4).

Lo que Jesús dijo en Mateo 5:34,35 nos lleva la conclusión de que Cristo hará de Jerusalén su ciudad real…¡Su trono!. El profeta Jeremías dice que en aquel tiempo (de la restauración del reino) llamarán a Jerusalén TRONO DE JEHOVÁ (3:17). El Salmo 67:4 dice que Dios pastoreará a las naciones EN (no “DE”) la tierra. En Apocalipsis 5:10 leemos: “Y los has hecho reyes y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.” En Apocalipsis 20:4,6 dice que estos reyes y sacerdotes reinarán con Cristo mil años en la tierra.

En el Salmo 122:3-5 encontramos la información de que los tronos de los “reyes y sacerdotes” estarán en Jerusalén. Por tanto, el trono del “Rey de reyes” estará también allí. Jesús dijo que “Jerusalén es la ciudad del gran Rey” (Mateo 5:34,35).
En Juan 14:2,3 el Señor Jesús prometió a sus discípulos que ellos estarían con él en la tierra de Israel. Él dijo: “PARA QUE DONDE YO ESTOY (la tierra de Israel) vosotros también estéis”. Y en la profecía de Jeremías 23:5 leemos: “He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia EN LA TIERRA” ( También 33:15). Y en Romanos 4:13 dice que Jesús será “EL HEREDERO DEL MUNDO.”

Según el Salmo 37:29 “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella”. Ahora bien: ¿Es Jesucristo el MAYOR JUSTO? ¡Sí! (Leer 1 Juan 2:1). Y si Jesús es también JUSTO, ¿qué heredará él y dónde vivirá? ¡La tierra y en la tierra!. En el Salmo 85:9 se complementa lo anterior diciendo que LA GLORIA HABITARÁ LA TIERRA. Y, ¿cuál GLORIA? ¡La gloria del Señor Jesucristo! (Mateo 16:27; 24:30; Juan 1:14; 17:24; Colosenses 3:4). Por tanto: ¡Jesucristo habitará en la tierra!

En 2 Samuel 23:3 dice: “El Dios de Israel ha dicho: Habrá un justo que GOBIERNE ENTRE (no “SOBRE”) LOS HOMBRES, que GOBIERNE en el temor de Dios.” Sí, Jesús será aquel justo varón que gobierne en medio o entre los hombres en este planeta. ¡Eso dice la Biblia! Además, David dice en su Salmo 140:13 que LOS RECTOS morarán o habitarán en la presencia del rey. Pero: ¿Dónde morarán LOS RECTOS en la presencia del rey? No puede ser el cielo porque Salomón escribió en Proverbios 10:30: “EL JUSTO NO SERÁ REMOVIDO JAMÁS; pero los impíos NO HABITARÁN LA TIERRA.” La conclusión lógica y bíblica es que los rectos habitarán la tierra y estarán en la misma presencia del rey en la tierra. Dice Salomón: “LOS RECTOS HABITARÁN LA TIERRA, Y lOS PERFECTOS PERMANECERÁN EN ELLA.” (Proverbios 2:21). ¡Aquí está la evidencia! Y, ¿Quiénes son los PERFECTOS que permanecerán en la tierra? ¡Los cristianos! (Leer 2 Timoteo 3:17; Colosenses 1:28).

Jesús dice que “los mansos heredarán la tierra” (Mateo 5:5),. Pero más adelante dirá:

.“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN…” (Mateo 11:29). Notemos que Cristo es también el mayor MANSO del mundo. Esto quiere decir que él HEREDARÁ LA TIERRA (comparar con Romanos 4:13).

.Él fue claro al decir que “los MANSOS heredarán la tierra (¡no el cielo!).”

CONTUNDENTE DEMOSTRACION DE QUE LA IGLESIA NO ES EL REINO PROMETIDO


Por Ing° Mario A. Olcese (Apologista)

Lo más sencillo para demostrar que la iglesia no es el reino es sustituir la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’ en los textos bíblicos más importantes donde aparece el vocablo reino. Si reino e iglesia son equivalentes como sostienen muchos, no tendrá porqué cambiar el sentido del texto bíblico que habla de él. Veamos algunos ejemplos:

Lucas 19:11:

Texto original: “Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano para recibir UN REINO y volver.

Texto cambiado:“Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano para recibir UNA IGLESIA y volver.

Comentario:

Notemos que al cambiar la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’ en este pasaje, obtenemos un absurdo. ¿Recibió Cristo una iglesia en el cielo? o ¿Se instituyó la iglesia en el cielo?¿Hemos bajado del cielo como “la iglesia de Cristo”?

Lucas 12:32:

Texto original: “No temáis manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros EL REINO”.

Texto cambiado: “No temáis manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros LA IGLESIA”.

Comentario:

Aquí hemos sustituido la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’ y hemos obtenido algo absurdo. En primer lugar, Jesús se dirige a sus apóstoles—¡a los cuales se les DA EL REINO!. No dice Jesús que al Padre le ha placido “HACEROS EL REINO”, sino “DAROS EL REINO”. El sentido es diferente. Si la iglesia es el reino, y ella está compuesta por los apóstoles y demás discípulos, ¿cómo podrían SER ellos “el reino de Cristo” y RECIBIR al mismo tiempo el reino? ¿Cómo podían los apóstoles recibir un reino y ser parte de él al mismo tiempo? Si la iglesia es verdaderamente el reino, entonces Jesús debió decirles a sus apóstoles que al Padre “le ha placido HACEROS el reino o iglesia”. Pero no fue así, sino que dijo: “Le ha placido DAROS EL REINO”!

Mateo 6:10:

Texto Original: “Venga tu REINO, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”

Texto cambiado: “Venga tu IGLESIA, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”

Comentario:

Los que creen que la iglesia es el reino tendrán que mutilar esta parte del “Padre Nuestro”, pues si el reino ya vino en el 33.d.C, ¿para qué seguir pidiéndolo? Pero lo cierto es que esta parte de la oración está tan vigente como el resto de las peticiones en el “Padre Nuestro”. Así, pedir por la venida del reino es tan importante como pedir perdón por nuestras ofensas, o por el pan diario.

Por otro lado, si reemplazamos ‘reino’ por ‘iglesia’ tendríamos: “Venga tu iglesia, hágase tu voluntad…” Sí, “Venga tu iglesia”—¿De dónde?¿Cómo? ¿Por qué tendrían que pedir por la iglesia por la venida de una iglesia? ¡No tiene mucho sentido que digamos!

Mateo 25:31,34:

Texto original: “Cuando el Hijo del Hombre venga…entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre HEREDAD EL REINO preparado para vosotros desde la fundación del mundo.”

Texto cambiado: “Cuando el Hijo del Hombre venga…entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre HEREDAD LA IGLESIA preparada para vosotros desde la fundación del mundo.”

Comentario:

Aquí hemos reemplazado ‘reino’ por ‘iglesia’ y encontramos algo muy extraño. Es un asunto muy importante que no podemos pasar por alto, y es que hay una reino (iglesia para los amilenialistas) que se preparó desde la fundación del mundo, y que será heredado por la iglesia en la ‘parusía’ o Segunda Venida de Cristo. ¿UNA IGLESIA que hereda UNA IGLESIA?¿Cómo es posible esto? Por eso creemos que la iglesia y el reino son dos cosas muy diferentes.

Juan 3:3:

Texto Original: “Respondiendo Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo no puede ver EL REINO de Dios.”

Texto cambiado: “Respondiendo Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo no puede ver LA IGLESIA de Dios.”

Comentario:

En este pasaje también hemos sustituido ‘reino’ por ‘iglesia’ y hemos obtenido un absurdo total. ¿Cuál es ése? Si el reino es la iglesia, y ésta sólo puede ser vista por hombres “renacidos”: ¿Cómo es posible que cualquier hombre mundano o no convertido pueda ver, e incluso entrar, en la iglesia de Cristo? Muchos NO renacidos pueden ver con sus ojos, y entrar con sus pies a la iglesia de Cristo sin dificultad. Esto me lleva a la conclusión de que el reino e iglesia —¡NO son sinónimos!. Hay un reino futuro en el cual los impíos ni verán ni entrarán—¡Sólo los renacidos!

Hechos 14:22

Texto original: “…es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en EL REINO de Dios.”

Texto cambiado: “…es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en LA IGLESIA de Dios.”

Comentario:

Aquí en este pasaje hemos sustituido la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’ y hemos obtenido algo interesante. Notemos que Pablo se dirige a creyentes de Listra, Iconio y Antioquia. A estos hermanos, de las iglesias de Cristo en esas ciudades, les exhorta a que permanezcan fieles a pesar de las tribulaciones, a fin de que puedan “ganar su entrada a la iglesia de Dios”. Esto es muy extraño, pues Pablo se dirige a iglesias cristianas ya constituidas. ¿Cómo entrarían las iglesias de Iconio, Listra y Antioquia a la iglesia misma?¡No lo entendemos! Aquí se vuelve a demostrar que el reino de Dios es diferente a la iglesia de Cristo.

1 Corintios 15:50:

Texto original: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar EL REINO de Dios, ni la corrupción hereda a incorrupción.”

Texto cambiado: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar LA IGLESIA de Dios, ni la corrupción hereda a incorrupción.”

Comentario:

Aquí, al reemplazar la palabra ‘reino’ por ‘iglesia’ nos hallamos con un serio problema. Y es que si a la iglesia no se puede pertenecer en la carne y en la sangre, ¿por qué aún están en la carne y la sangre los miembros de la iglesia de Cristo? Obviamente algo no anda bien con la interpretación ‘amilenialista’ del reino.

Hechos 1:6:

Texto original: “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor restaurarás EL REINO a Israel en este tiempo?”

Texto cambiado: “Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor restaurarás LA IGLESIA a Israel en este tiempo?”

Comentario:

Aquí resulta una extrañeza al reemplazar ‘reino’ por ‘iglesia’, pues: ¿Acaso la iglesia tiene que ver con Israel? Cómo es eso que la iglesia será restaurada a Israel? Es obvio que reino e iglesia son dos cosas diferentes. El reino fue antes que la iglesia.

Los ‘amilenialistas’ se encuentran en serios apuros cuando tienen que responder a toda esta argumentación bíblica consistente. El amilenialismo deja sin horizontes y sin entendimiento sobre los sucesos mundiales de hoy. Prácticamente han anulado muchísimas profecías bíblicas del futuro (Leer Proverbios 29:18). Para ellos casi todas las profecías bíblicas ya se han cumplido. Han dejado de comprender los acontecimientos mundiales del presente y del futuro. Prácticamente están el medio del mar sin mapas y brújulas, y…¡están a la deriva!

LLAMADOS A SER GOBERANTES O SIMPLEMENTE SUBDITOS EN EL REINO DE CRISTO?


Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)

Esta es una pregunta que se suscita inmediatamente cuando se enseña que existen pocas vacantes disponibles para gobernar con Cristo, es decir, 144,000 personas selladas de entre la humanidad.

Nuestro amigo, el Sr. Armando López Golart, está convencido de que las 144,000 personas que son selladas de Apocalipsis 7 es un número literal, redondo, completo de los que reinarán lado a lado con Jesús, y luego nos dice que habrá una Gran Multitud de personas (millones) que serán los que serán súbditos de dicho reino. Uno de los argumentos que nos presenta el Sr. López para “probar” el error de los que enseñan que habrá millones de gobernantes en el reino milenario de Cristo, es como sigue: “Pero es que además ¿cómo explicaría Ud., amigo lector, el sistema gubernamental de un Reino? ¿Diciendo que el tal está compuesto de cientos de miles, de miles de más miles de gobernantes asociados? ¿Qué es lo que Ud. está viendo en los que actualmente aún existen, como España, Holanda, Suecia, Inglaterra, Jordania, etc., etc., citados anteriormente? ¿Qué idea cree Ud. que tenían los israelitas del tiempo de Jesús, acerca de la composición del antiguo reino de su antepasado David? Saque conclusiones, le rogamos de nuevo y pregúntese si el resultado obtenido cuadra con un gobierno milenario compuesto de “millones, miles de millones” de gobernantes asociados y que sería el resultado lógico, si fuera cierto que desde Cristo, todos los bautizados como cristianos accedieran a ese privilegio.” Pues bien, tal vez tenga razón el Sr. López al decir esto, aunque se olvidó agregar que el reino de Cristo, si bien tendrá una sede o localidad específica, su alcance e influencia será mundial, un aspecto crucial que no sólo justificaría los 144,000 asociados, sino un número aún mucho mayor. En todo caso dejemos allí el número 144,000 como los predestinados de Dios para reinar con Jesús. Ahora bien, sin querer discutir lo que Dios dispuso para los 144,000 sellados, me parece una cifra tan sui géneris para los elegidos, que me obliga a preguntarme: ¿Por qué no simplemente 100,000, 150,000, ó 200,000? En fin, sólo es una inquietud, aunque ciertamente los números bíblicos 12, 144 (12X12), y 1000, que aparecen en el libro de Apocalipsis, pueden haber dado origen al número 144,000 (12×12x1000=144,000). Por tanto, el número simplemente vendría a ser una cantidad simbólica de una cifra más grande de coherederos con Cristo en el reino venidero.

Por otro lado, Apocalipsis 7 no es único capítulo del libro en que se menciona un “número específico”. Por ejemplo, en Apoc. 9:16 se habla de “200 millones”, y Juan agrega categóricamente: “yo oí su número”. Y aunque esto es así, nadie ha sugerido que éste número indique “una información en cuanto a la cantidad precisa de los ejércitos del mal”. En todo caso, si es literal el número 144,000, también debería ser literal la afirmación de que todos estos sellados son “vírgenes” y que no se han contaminado con mujeres (Apo. 14:4). Es decir, todos los 144,000 deberían ser castos y solteros. Esta condición dejaría fuera de la gobernación a Abraham, al mismo David, a los apóstoles que eran casados, incluyendo al viudo de Pablo.

Sobre los Súbditos

Un hecho importante que me hace pensar que los súbditos no son necesariamente convertidos, es que éstos serán regidos con “vara de hierro” (Apocalipsis 2:27; 12:5). Alguien que necesita ser regido con vara de hierro no puede ser un individuo totalmente sumiso al Señor, obediente (creyente practicante), y mucho menos, manso. En cambio, los que son mansos (los que tienen el espíritu santo) heredarán la tierra como gobernantes, es decir, como coherederos con Cristo de su reino (Mateo 5:5).

Sin embargo, mi amigo, el Sr. López, dice esto de los súbditos del reino: “Como podemos ver y al igual como en el caso de Noé después del Diluvio, la tierra de nuevo verá a una humanidad que, aunque continuando de momento en estado de imperfección, en su totalidad será conocedora y obediente de Sus disposiciones reglamentarias y por eso Jehová, les ha concedido el pasar con vida a través de tan dramáticos acontecimientos”. Sinceramente pongo en duda lo dicho por el Sr. López en el sentido de que los súbditos serán conocedores y obedientes de Dios antes de entrar al reino. Recordemos que los súbditos son los sobrevivientes de las naciones, los cuales serán enseñados y adoctrinados en el camino del Señor en el milenio, pues dice la Biblia: “De Sion saldrá la ley y de Jerusalén la Palabra de Yahweh”. “Y los errados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina” (Isa. 29:24). “Todos tus hijos serán enseñados de Jehová; y multiplicará la paz de tus hijos” (Isa. 54:13).

Hijos del Reino e Hijos del malo

Como le he indicado a mi amigo, el Sr. López, uno puede ser, o hijo del reino, o hijo del malo. En la Biblia hay un contraste sumamente claro y definitivo de estas dos clases de hijos. En Mateo 13:38, Jesús dice: Y el campo es el mundo; y la buena simiente son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. Con esto podemos decir que hay hijos del reino e hijos del malo. Los hijos del reino es una clase, y los hijos del malo, otra. Los hijos del reino (los justos) finalmente resplandecerán como el sol en el reino de su Padre (Mat. 13:38-43). Es decir, ningún hijo del reino dejará de resplandecer en el reino del Padre. Esto indicaría que todos los que hereden el reino tendrán su gloria resplandeciente (debido a la transformación producida en la parusía). Pero si los súbditos no son los hijos del reino, ¿de quién son hijos, entonces? ¡Del malo!

Lo cierto es que somos llamados por el bautismo a ser parte del cuerpo de Cristo. Sólo basta analizar con la mente abierta Hechos 2:38-47. Aquí veremos que el bautismo es para el perdón de pecados y para recibir el espíritu santo (v. 38). Y el llamado no es sólo para los Judíos, sino también para todos aquellos que Dios llamare de lugares distantes (v.39). En el verso 41 se dice que los bautizados fueron añadidos—¿a dónde?— el verso 47 responde la pregunta diciendo que son añadidos a la iglesia. Es decir, los bautizados se unen al cuerpo de Cristo, que es su iglesia. Esto significa que Jesús (la cabeza) reina en su trono con su cuerpo (la iglesia), la cual está compuesta de Hebreos y gentiles conversos.

El problema de los que dicen que sólo un grupo pequeño de los bautizados reinarán con Cristo, están diciendo que Jesús sólo reina con una parte de su cuerpo en su trono, mientras que la otra parte de su cuerpo permanecerá sólo como súbditos (desmembrados prácticamente). ¿Pero puede esto tener sentido? Todos somos bautizados en un solo cuerpo, ¿pero sólo una parte del cuerpo reina?…¡extraño realmente!

La Biblia nos dice que los que “reciben a Cristo” es decir, los que creen en él y en su evangelio del reino, se convierten en hijos de Dios e hijos del reino. Estos pasan de ser “hijos del malo” a “hijos del reino” (o hijos de Dios)(Juan 1:12). Pero si sólo 144,000 son hijos de Dios, automáticamente el resto de creyentes no lo son. Y esto es grave, porque si no son hijos de Dios, entonces permanecen como parias, desheredados, y sin Dios y sin esperanza en este mundo. Dice Pablo: “En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos” (Efesios 2:12; 4:4-6).

Y como ya lo manifesté antes en otro estudio: Si sólo 144,000 están destinados a ser los coherederos con Cristo, y sólo ellos serán finalmente los hijos de Dios y hermanos de Cristo, llenos del Espíritu Santo; entonces los millones de creyentes que no serán reyes deberán trabajar duro y parejo para lograr ser dignos y merecedores de una vacante real. Creo que ahora todos los que hemos sido bautizados, y hemos creído en su mensaje del reino, estamos dentro de la familia de Dios, y somos todos hijos de un mismo Padre y los potenciales herederos de Su reino, ya que permanecemos unidos al cuerpo de Cristo. Sin embargo, de todos los millones que conformamos su cuerpo, no todos llegaremos a las puertas del reino, pues muchos se apartarán. Por tanto debemos permanecer firmes para que nuestros nombres no sean borrados del libro de la vida, el libro de los príncipes del reino.

Así que, para alinearnos con el hermano López, concordamos con él en que la cifra 144,000 es una cantidad literal de los salvos y de los coherederos del reino de Cristo. Esto, sin embargo, no deja de ameritar el hecho de que todos los que hemos recibido a Cristo y su mensaje del reino, y que hemos obedecido el mandato del bautismo, ya somos parte de su cuerpo por el ungimiento del espíritu santo que fue derramado sobre nosotros. Todo esto significa que somos hijos de Dios y hermanos de Cristo. Y aunque esto es inobjetable para mi, también es indisputable que sólo los que mantengan esta gracia hasta el fin serán dignos de heredar todas las cosas y reinar mil años con Cristo. El resto quedarán excluidos de todos estos privilegios y perderán sus coronas de gloria o de vida.

No deja de inquietarme, sin embargo, la grande muchedumbre que aparece en Apocalipsis 7: 9-15: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos”. De este grupo incontable se dice que está frente al trono y frente al Cordero. Si esto es verdad, y no tengo razones para dudarlo, entonces hay salvos de entre los gentiles que salieron de la gran tribulación final y que estarán en el mismo lugar (aunque no en la misma posición de reyes) que los 144,000 sellados Hebreos. Esto implicaría que si bien 144,000 son los que reciben sus tronos de autoridad junto con Cristo, hay otros que están delante de los príncipes hechos reyes que colaborarán en la gobernación como asistentes. La característica primordial de esta grande muchedumbre es que está delante del trono y ellos han lavado sus ropas en la sangre del Cordero y las han vuelto blancas. Este último detalle es importante, pues el que vistan vestiduras blancas significa que ellos han vencido y retenido su nombre en el libro de la vida eterna. Dice apocalipsis 3:5, así: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”. Es decir, esta grande muchedumbre goza de inmortalidad y están en presencia de Cristo y delante del trono. En el versículo anterior (verso 4) dice que los que vistan vestiduras blancas andarán con Cristo porque son dignos. Andar con Cristo, NO es andar como súbditos, sino como coheredero con Cristo de su reino, ejerciendo poder y autoridad de soberanos. Esa palabra “dignos” se aplica a los herederos del reino según Apocalipsis 4:11; y 2 Tes. 1:5) o también a los merecedores de vida eterna según Hechos 13:46.

El apóstol Pedro nos habla de participar de la naturaleza divina, ¿pero sólo para algunos cristianos y otros no? Veamos lo que él dice:

“Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa” (2 Pedro 1:4-11).

Notemos que Pedro dice que los que han huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia, participarán de la naturaleza divina; y si además añaden a su fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor, con mayor razón. Aquí nos preguntamos: ¿Ha respondido el Sr. López al llamado de huir de la corrupción que hay en el mundo debido a la concupiscencia y está procediendo a añadir a su fe virtud; a la virtud, conocimiento, etc? Si la respuesta es un sí, entonces mi hermano López participará de la naturaleza divina al igual que los demás que respondieron. Esto significa, además, reinar con Cristo, pues al adquirir la naturaleza divina nuestro hermano López se convertirá en un inmortal, resucitando en la primera resurrección, la resurrección de los justos.

Bueno, hay mucho más para opinar. Pero aquí me detengo para seguirla en otra oportunidad.


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