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Médico Internista e Intensivista, y estudioso de las Santas Escrituras (La Biblia), y un predicador incansable del verdadero monoteísmo bíblico, y sobre todo, del mensaje o evangelio del Reino de Dios, que es la única esperanza que tiene este mundo para sobrevivir a su destrucción total.

martes, 5 de enero de 2010

ES EL INFIERNO PARTE DE LA JUSTICIA DIVINA?


Por Dr. Jason Navarro, Apologista Unitario (República Dominicana)
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¿Ha visto alguna vez una persona torturar a otra? Esperemos que no atormentar a propósito a un ser humano, pues es un acto repugnante y aborrecible. Ahora bien, ¿y si el torturador es DIOS?¿Puede concebirlo? Pues bien, eso es exactamente lo que implica la enseñanza del fuego del infierno, la doctrina oficial de muchas religiones.
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Imagínese por un momento esta escena: Están quemando a una persona en una plancha de hierro caliente. Desesperada de dolor, suplica a gritos que se compadezcan de ella, pero nadie la escucha. La tortura continúa sin parar hora tras hora y día tras día.

Independientemente del delito que hubiera cometido, ¿no sentiría lastima de ella? ¿y qué decir de quien ordenó el tormento?¿Sería posible afirmar que se trata de alguien amoroso? De ningún modo. El amor es misericordioso y compasivo. Los padres amorosos tal vez castiguen a sus hijos, pero jamás los torturarían.

Pese a todo, muchas religiones enseñan que DIOS atormenta a los pecadores en las llamas del infierno. Dicen que esta es la justicia divina. Si eso es verdad, ¿Quién creó ese horrible lugar de tormento eterno? ¿Y quién es el responsable de los atroces suplicios allí infligidos? La respuesta es obvia. Si existe un lugar así, DIOS es su creador y, por tanto, responsable de lo que en el sucede.

¿Le es imposible aceptar esa idea? La biblia dice que DIOS es amor (1Juan4:8). ¿Aplicaría un DIOS de amor una tortura que repugne a cualquier persona con un mínimo de decencia? Claro que no.

A pesar de todo, mucha gente cree que los malvados irán al infierno, donde se le torturará por la eternidad. ¿Tiene sentido esta enseñanza? Los seres humanos no viven más que 70 u 80 años. Aun en el caso que una persona fuera extremadamente malvada durante toda su existencia, ¿sería justo castigarlo con suplicio eterno? No. Sería muy injusto atormentar para siempre a un hombre en pago por la cantidad limitada de pecados que cometió durante su corta vida.

¿Quién conoce la verdad sobre lo que sucede cuando morimos? Sólo DIOS puede revelárnosla, y lo ha hecho en su palabra escrita, la BIBLIA, a la que hicimos referencia antes. Esto es lo que dice: ”Como muere (la bestia), así muere (el hombre); y todos tienen un solo espíritu. Todos van a un solo lugar. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo” (Eclesiastés 3:19,20). Aquí no se menciona el infierno. Al morir, los hombres vuelven al polvo, a la inexistencia.

Para que alguien se atormente, debe estar consciente. ¿Están conscientes los muertos? No. Los vivos tienen consciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya mas salario, porque el recuerdo de ellos se ha olvidado”(Eclesiastes 9:5).

Es imposible que los muertos que no tienen conciencia de nada en absoluto”, sufran los tormentos del fuego del infierno.

Algunas personas afirman que la doctrina del infierno, sea verdadera o no, es útil, ¿porque? porque según dicen, sirve para disuadirnos de hacer lo malo. ¿Es cierto? Pues bien, ¿Hay menos delito en los lugares donde la gente cree en el infierno? Claro que no. De hecho, la doctrina del infierno es muy nociva. ¿Aborrecerá la tortura quien cree que DIOS atormenta a la gente?¿por qué debería hacerlo? Los que creen en un Dios cruel suelen ser igual de crueles que su Dios.

¿Significa lo que hemos explicado que no se nos sancionara por los pecados? No, no queremos decir eso. Nuestro SANTO DIOS castiga a los pecadores, pero no los tortura. La vida es un regalo divino. Cuando pecamos, dejamos de merecer esa dádiva y morimos.

Aunque todos somos pecadores, DIOS perdona a los que se arrepienten con sinceridad y luchan por cambiar. Recompensa nuestro empeño por rehacer la mente y obrar bien (Romanos 12:2). Estas verdades son la base de una esperanza maravillosa.

Que DIOS le bendiga.